El requisito discreto: Plausibilidad en materia de patentes
Por: Iván Milic
Debido a la angustiante pandemia que estamos atravesando, las patentes han sido el centro de diversas cuestiones, por lo general cuestiones relacionadas con su liberación temporal. No obstante, hace tiempo se discuten varios aspectos relacionados con las patentes. Un ejemplo es la se viene discutiendo sobre la plausibilidad y su posible (o necesaria) inclusión como requisito adicional.
Haciendo un breve racconto, una patente se puede definir como un derecho exclusivo otorgado a un inventor, sobre una invención que cumple con los requisitos de patentabilidad; novedad, actividad inventiva, y aplicación industrial. En otras palabras, para ser patentable, una invención debe ser novedosa, no puede haber sido divulgada o puesta a disposición de manera pública. Debe tener actividad inventiva, es decir, debe existir un paso inventivo que vaya más allá de lo que podría haber llegado una persona versada en esa materia. Finalmente, se requiere que la invención pueda ser aplicada a una de las industrias.
Ahora bien, el concepto de plausibilidad se define como admisible, verosímil. Por lo tanto, corresponde que, a priori, resulte verosímil, que exprese un razonamiento válido con lógica.
Cuando se habla si la patente es plausible se cuestiona, de alguna manera, no solo el contenido del texto presentado sino también su redacción. La plausibilidad está dirigida a la pregunta; ¿se divulgó lo suficiente como para que el efecto técnico, propuesto por la invención que se desea proteger, pueda ser efectivamente logrado? En otras palabras, la pregunta es si el texto de la patente permite poner en práctica aquella solución novedosa que fue ideada por el inventor. Esto no constituye de por sí un requisito reglamentario para la patente. Sin embargo, abre un abanico de interrelaciones con otros aspectos necesarios de una patente como son la suficiencia y otros requisitos de divulgación, unidad de invención y documentos posteriores a la presentación, entre otros, que contribuyen a resolver la incógnita de la plausibilidad.
Muchas veces el apuro por presentar una solicitud de patente juega una mala pasada, una presentación temprana puede no contener los resultados de ciertos desarrollos que ayudarían a la comprensión de la invención, o mismo, carecer de información relevante sobre investigaciones que aún se encuentran en desarrollo. Una de las enseñanzas que nos deja la pandemia es que las investigaciones y los desarrollos científicos tienen sus propios ritmos, sin importar cuál sea la necesidad o el deseo que tengamos. Idealmente es necesario desalentar las presentaciones apresuradas en las cuales el texto de la solicitud no posea todo el potencial explicativo del efecto técnico de la invención por encontrarse aún en investigación o confección de documentos.
El enfoque adherido respecto a la plausibilidad varía de acuerdo con cada jurisdicción. No hay una postura global adoptada por los jueces a quienes llegan los casos controversiales. En este sentido, las decisiones judiciales estadounidenses no han ido en sintonía con las decisiones de sus pares en Europa. Evidentemente esta disparidad podría causar incertidumbre legal a diferencia, por ejemplo, del reconocido caso Dabus sobre la titularidad de una solicitud de patente. En dicho caso, tanto los jueces europeos como estadounidenses sostuvieron que solo una persona humana puede tener calidad de inventor ya que no se le otorgan derechos a una inteligencia artificial.
En el 2019 la Asociación Internacional para la Protección de la Propiedad Industrial e Intelectual (AIPPI) analizó el asunto. En su resolución, indicó que -dadas las circunstancias actuales- no era necesario adherir un requisito de patentabilidad en torno a la plausibilidad ya que este aspecto se encuentra cubierto por los requisitos existentes. Uno de los puntos a destacar en este informe, resalta que la introducción de este posible requisito crearía una incertidumbre legal sin proporcionar un beneficio conmensurable.
De igual manera el contexto de las patentes se encuentra en constante movimiento por distintas razones sociales, económicas, y culturales. Es por ello, que esta realidad puede cambiar en el corto y mediano plazo en aras de los nuevos desarrollos tecnológicos, como por ejemplo, aquellos relacionados con la inteligencia artificial.