QUIERO! vs QUIERO PESOS: Un caso de protección de marca notoria.
Por: Mercedes Baca Castex – Noetinger y Armando.
La Oficina de Marcas ha comenzado a expedirse en las oposiciones conforme el nuevo procedimiento administrativo y se va delineando criterios. Hoy, le tocó el turno a la protección de marca notoria.
En el caso QUIERO! de Banco Galicia vs QUIERO PESOS de Guido Roij, ambas en clase 36, Banco Galicia interpuso su oposición por la confundibilidad de la marca pedida QUIERO PESOS con la reconocida marca QUIERO! en clase 36 que incluye servicios financieros y bancarios.
La oposición fue declarada procedente y la marca QUIERO PESOS será rechazada.
En dicha resolución, la Oficina de Marcas le ha otorgado una protección especial a la marca QUIERO por considerarla de “gran reconocimiento público” por la intensidad de su uso y para evitar su debilitamiento, equiparándola en los hechos a una marca notoria.
Siendo la palabra “quiero” un término cotidiano, pero de fantasía para servicios financieros y programas de fidelización de clientes, Banco Galicia lo tomó y lo catapultó como el vínculo con sus clientes y también – lo que es más destacable aún – para relacionar el nombre de Banco Galicia con los consumidores en general, para clientes de cualquier banco o incluso para quienes no estén bancarizados. Esta empresa ha logrado cumplir con uno de los principales objetivos de la marca que es relacionar el signo con su producto y titular gracias a su constante y amplia difusión marcaria.
En el proceso de la oposición se tuvo en cuenta no sólo las obvias similitudes entre QUIERO PESOS y QUIERO! y la casi nula diferenciación que le imprime “PESOS” en la clase que abarca servicios monetarios y financieros, sino en el uso profuso de la marca QUIERO! tanto en la página del banco como también en publicidad gráfica, en televisión, radio, internet, incluso creando la historia de la “pareja del Galicia” que acompaña el propio producto financiero del programa de acumulación y canje de puntos.
El alto reconocimiento de la marca le imprime un valor agregado al producto en cuestión, generándose un círculo virtuoso en el universo marcario, en el que el uso del producto o servicio le otorga fuerza a la marca y la marca le imprime categoría y reconocimiento al producto.
Esto nos lleva a recordar que la fortaleza de la marca radica en su uso intenso y su difusión, no sólo en cuanto a obligación de uso para mantenerla viva registralmente, sino también y más importante aún, para mantenerse palpable y presente en las personas, para conservar y aumentar el valor de la marca y su titular.